“La bomba explotó en cada hogar donde perdimos un familiar”

Olga Diacovetzky de Degtiar –única testigo de la jornada- se tomó un momento para dirigirse directamente a los ex fiscales José Barbaccia y Eamon Mullen. “¿Qué sienten ustedes mirándome a mí después de todo el daño que nos hicieron?”. También se refirió al trato cercano que los familiares mantenían con el ex policía Jorge "Fino" Palacios. 

 

En la audiencia de hoy, Olga Diacovetzky de Degtiar –única testigo de la jornada- se tomó un momento para dirigirse directamente a los ex fiscales José Barbaccia y Eamon Mullen. “¿Qué sienten ustedes mirándome a mí después de todo el daño que nos hicieron?”, les preguntó. A este juicio que se realiza desde agosto ante el Tribunal Oral federal N°2, Barbaccia y Mullen llegaron acusados junto al ex juez Juan José Galeano, al ex presidente Carlos Menen y a un grupo de policías y agentes de la SIDE, por las irregularidades en la investigación del atentado en la AMIA.

 

Olga Diacovetzky de Degtiar habló ante los jueces y los acusados sobre el dolor por la pérdida de su hijo Cristian Degtiar, de 21 años. Y también sobre la última reunión que tuvo con el fallecido fiscal Alberto Nisman, en 2013. El entonces titular de la Unidad AMIA le habló a los familiares acerca del hallazgo de nuevas pruebas sobre el atentado -aunque insinuó que no era el momento “político” para darlas a conocer- y el rol de Estados Unidos en la investigación a través de la CIA.

 

“La bomba también explotó en cada uno de los hogares donde perdimos a un familiar, y también en mí. Se borró todo de mi vida. Yo era una carcaza donde solo cabía el dolor”, recordó Olga. En esta audiencia el TOF2 había dispuesto que también declarara su esposo, Juan Degtiar. Pero al inicio de la jornada, las querellas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y la que representa a los familiares nucleados en la asociación 18J –que Olga y Juan integran- desistieron. “Mi esposo Juan durante años no pudo nombrar a Cristian. Aún hoy, todavía no puede hablar”, dijo Olga a poco de empezar su testimonio. En 2013, los Degtiar viajaron a Roma a reunirse con el Papa Francisco, quien mostró su acompañamiento a los familiares y su compromiso con la búsqueda de verdad y justicia.

 

Cristian estudiaba derecho y trabajaba para la DAIA, cuando el edificio de la AMIA –adonde había ido a llevar unos papeles- se derrumbó. “Lo tuve 21 años -recordó Olga y- hace 21 años los que están en esa sala me niegan saber quiénes son los responsables de que me falte”, había dicho Olga a Infojus Noticias, en una de las primeras audiencias de este juicio. Por entonces, en los pasillos de Comodoro Py también se cruzó con uno de los imputados que hoy no estaba en la sala: el ex comisario de la Policía Federal Jorge “Fino” Palacios. Él se acercó, “hay testigos” dijo Olga, y trató de saludarla. Pero ella empezó a caminar y apuró el paso. Solo se detuvo para decirle: “nos traicionaste”.

 

Una cita extraña

 

En este juicio, Olga contó que tenían un trato muy asiduo con el ex policía Palacios. Había sido designado en 1997 al frente de la Dirección de Unidad de Investigaciones Antiterrorista (DUIA), en una ceremonia encabezada por el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, ahora investigado por el encubrimiento del atentado en una causa que instruye el juez federal Ariel Lijo.

 

El trato con Palacios era tan fluido que el policía habilitó a un grupo de familiares -del que Olga formó parte- a ver a un testigo del juicio por el atentado en la AMIA, mientras permanecía detenido en la DUIA. Ese testigo era Wilson Dos Santos, un agente de inteligencia de Brasil que habría tenido noticias de que el atentado iba a ocurrir y lo informó en las embajadas de Argentina e Israel, en Milán.

 

“Luis Czyzewski trajo esa idea y fuimos con Sofía Guterman a esa reunión”, dijo Olga. Creyó recordar que el encuentro se concretó el 20 de diciembre de 2001, mientras Palacios participaba del operativo de represión que ordenó el gobierno de Fernando de la Rúa.

 

En este juicio, a Palacios se lo acusa de colaborar con el desvío de la investigación que conducía a la familia Kanoore Edul, empresarios del rubro textil ligados al entonces presidente Carlos Menem y a su familia. También está acusado de haber sustraído cintas con escuchas en la causa del atentado.

 

Cuando las querellas le preguntaron por el objetivo del encuentro con Dos Santos, la testigo contó que fueron a ofrecerle a Dos Santos un cambio de identidad, a través de la CIA de Estados Unidos. Se esperaba que dijera la verdad sobre lo que conocía del atentado. Dos Santos estaba por ser juzgado por falso testimonio, porque se desdijo ante el juez Juan José Galeano sobre el conocimiento previo del ataque en la mutual, algo a lo que había hecho alusión ante la Dirección Protección del Orden Constitucional de la Federal (DPOC). Finalmente, Dos Santos fue condenado a seis años de prisión por falso testimonio.

 

El juez y los fiscales: “para mí eran la Justicia que buscaba”

 

“Durante tres años vi los rostros de los que creía eran los asesinos de mi hijo”, dijo hoy Olga al recordar el juicio por el atentado en la AMIA. Ese proceso se realizó entre 2001 y 2004 y terminó con la absolución del grupo de policías bonaerenses a los que el entonces juez Galeano había llevado a juicio como la conexión local para el atentado. “Para mí representaba la Justicia”, dijo sobre el ex juez, que hoy la escuchó desde el banquillo de los acusados.

 

“En una primera reunión, en la que fue muy amable, nos dijo que los fiscales nos iban a tener al tanto de la investigación”, recordó la testigo. Pero más adelante aclaró que los contactos con Galeano fueron en general distantes en el tiempo. Y que a quienes veía semanalmente era a los ex fiscales Mullen y Barbaccia.

 

“Nos fueron vendiendo espejitos de colores. Los defendimos hasta el final”, dijo en alusión a una reunión que tuvieron con los fiscales, cuando en el juicio por el atentado se empezaba a hablar del pago de 400.000 dólares de la SIDE a Carlos Telleldín para que involucrara a los bonaerenses.

 

“Nos dijeron que Galeano no les contaba todas las cosas, nos llegaron a decir que Galeano tenía carpetas secretas que ellos desconocían”, recordó.

 

La última reunión con Nisman

 

“Cuando los apartaron no fuimos nunca más a las audiencias”, dijo Olga al mencionar la decisión de los jueces que llevaban adelante el juicio por el atentado de separar a Mullen y Barbaccia, por su conocimiento del pago a Telleldín. Aún entonces los “defendimos”, confió. Contó que entonces fueron a buscar al tercer fiscal que trabajaba con ellos, Alberto Nisman. Le pidieron que saliera a respaldar a sus ex colegas.

 

En la primera reunión que tuvieron con Nisman -cuando quedó al frente de la Unidad Fiscal AMIA (UFI AMIA)- les dijo “ustedes saben que ahí corrían los sobres”, hacía referencia a lo que ocurría en la fiscalía. “Para mí Nisman fue un traidor con sus compañeros y también era cómplice porque no había denunciado ese pago”, dijo Olga.

 

Para Olga, durante los primeros cinco años que Nisman estuvo al frente de la UFI AMIA “trabajó bien”. Después, “íbamos a las reuniones y no tenía nada para decirnos. Hablaba muy rápido, y se le ponían los cachetes colorados. Nos íbamos de la reunión y lo único que teníamos era saraza”. En la última que tuvieron en 2013, según contó la testigo, el fiscal les dijo que la SIDE tenía nuevas pruebas, concretamente, escuchas entre Telleldín y Mohsen Rabbani uno de los iraníes actualmente imputados por el atentado.

 

El papel de las entidades de la comunidad judía

 

“Estoy convencida que no solamente sabían (del pago a Telleldín) sino que lo sabían a través de Beraja, con la abogada Marta Nercellas tenían una relación muy estrecha con Galeano”, dijo Olga. Después dijo que el dirigente de AMIA, Mario Sobol, un día después que empezara este debate (el viernes 7 de agosto) le confirmó que Beraja había estado al tanto del pago.

 

Al igual que Sergio Burstein -el primer familiar que declaró en el juicio-, Olga recordó que supo de una reunión de la comisión directiva de la AMIA en la que se discutía si se acusaría a Rubén Beraja –ex titular de la DAIA-, donde el abogado Miguel Bronfman habría dicho: “¿Qué tanto lío con el tema del pago? ¿Quién no sabía?”. Como Burstein, dijo que el entonces presidente de la AMIA, Guillermo Borger, hacía grabar o filmar todas las reuniones.

 

La semana pasada la querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos pidió que se solicite el material a la entidad para incorporarlo como prueba en el debate. El tribunal aún no ha resuelto sobre el tema.

 

Sobre este juicio por encubrimiento, Olga Degtiar dijo tener expectativas de que surja información sobre las responsabilidades de los imputados en la investigación del atentado y sobre las razones por las cuales se le pagó a Telleldín para desviar la misma. “Cuatrocientos kilos de amonal no se consiguen acá a la vuelta. Tuvo que haber una gran complicidad y una complicidad desde el poder”, expresó.

 

La próxima audiencia de este juicio está prevista para el jueves 10 de diciembre, cuando declaren Graciela Lineal y su esposo Jacobo “Yaco” Furman, padres de Fabián Furman, un joven de 30 años que trabajaba en el sector de sepelios de la mutual cuando el edificio se derrumbó el 18 de julio de 1994.

 

Milva Benitez/Débora Malamud/MEL