El juez Galeano había filmado las negociaciones con Telleldín, a modo de reaseguro, diría después. “En el despacho del juez, la cámara estaba oculta en el perchero”, detallaron en la Unidad Fiscal AMIA. Otras cámaras estaban en las oficinas de sus secretarios: una ubicada en un bibliorato y la otra, en las rendijas del aire acondicionado. Con el tiempo los videos se hicieron públicos.
Filmadas sin dar aviso a Telleldín, una de las grabaciones que Galeano había resguardado en la caja fuerte de su despacho llegó a manos de uno de los policías falsamente imputados, Juan José Ribelli. “Me llegó por correspondencia a un domicilio que yo tenía en Lanús”, contó el ex policía a Infojus Noticias. “Yo se lo entregué al juez”, completó. Esto le valió que el magistrado lo denunciara por extorsión, un delito del que fue absuelto.
Como resultado de esta investigación, Galeano deberá responder por la privación ilegal de la libertad de los policías a los que acusó con las pruebas falsas que le aportó Telleldín con su cambio de declaración. Los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia convalidaron estas detenciones, según afirman las querellas, con conocimiento de las irregularidades. Por eso también están imputados.