En 2000, Claudio Lifschitz -un prosecretario del juzgado de Galeano- habló del encubrimiento en los medios. Cinco años antes, había llegado a ese despacho por recomendación del Federal Jorge “Fino” Palacios y estuvo allí hasta 1997. Declaró por lo menos diez veces por estos hechos en la Justicia. En una de esas declaraciones llevó la mira a los días previos del atentado.El ex prosecretario apuntó al juez, explicó el papel de Telleldín y el rol de la SIDE.
En el juicio al que los policías de la Bonaerense llegaron falsamente acusados, las defensas hicieron pie en los dichos de Lifschitz. Por sus palabras, también se incorporó al expediente una causa instruida antes del atentado y con colaboración de la SIDE, por el juez federal de Lomas de Zamora Alberto Santa Marina. Este magistrado, por entonces llevaba adelante una investigación sobre un grupo de iraníes vinculados a la embajada de ese país en Argentina.
Sin que resultara en una condena, del expediente Santa Marina -incorporado a la causa- se desprende que ese grupo habría alojado a un ciudadano iraní que, una semana después del atentado en la AMIA, habría intentado salir del país con un pasaporte falso. Un indicio más, consideran los acusadores, sobre el posible conocimiento por parte de las autoridades de la idea de atentar contra la mutual.