El ex policía Bonaerense, Mario Bareiro, declaró hoy como testigo en el juicio que se sigue por las irregularidades cometidas en la investigación del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), donde están acusados aquellos que ordenaron su detención y lo enjuiciaron como parte de la conexión local. En este juicio por encubrimiento, Bareiro integra la querella de los agentes de la Bonaerense, junto con Anastasio Leal y Juan José Ribelli, que además es su abogado. Los funcionarios responsables de su detención –estuvo ocho años preso– fueron el entonces juez Juan José Galeano y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, entre otros.
Hoy, Bareiro contó que, “a 40 días del atentado”, el entonces jefe de Contrainteligencia de la SIDE, Antonio “Jaime” Stiuso, lo convocó para colaborar en la investigación de la explosión en la mutual judía. Además, a lo largo de su declaración, apuntó contra el ex presidente de la DAIA, Rubén Beraja, y precisó que “la real imputación” en su contra comenzó a tejerse en julio de 1995, cuando –en un programa de Mauro Viale– Beraja sugirió la vinculación de los policías de la Bonaerense con el atentado.
Según su relato, la tarea que le encomendó Stiuso se extendió hasta diciembre de 1994. Dijo que lo habían convocado por la relación que tenía con el reducidor de autos Carlos Telleldín, cuando las sospechas apuntaban al apodado “Enano” como el último tenedor de la Trafic que se habría usado como coche bomba.
El ex policía Bonaerense trabajó en 1984 en la comisaría de Santos Lugares, donde conoció a Telleldín quien, por entonces, oficiaba de informante de la fuerza. Una década más tarde, Bareiro fue enviado como oficial inspector a la Brigada de Investigaciones de Vicente López, donde ya trabajaban el subcomisario Jorge Rago y el principal Anastasio Leal, hoy querellantes en la causa encubrimiento, junto al ex comisario y abogado Juan José Ribelli.
En la casa de Telleldín
Bareiro comenzó su testimonio haciendo referencia a su primer contacto con la causa AMIA. Y se remitió al momento en que se encontraba en la casa de Telleldín. Habían pasado pocos días desde el atentado cuando él había ido a lo de su informante y personal de la Policía Federal y de la SIDE se presentaron en el lugar para detenerlo. Dijo que Ana Boragni, la esposa de Telleldín, los había llamado porque “gente extraña merodeaba su casa”. Pero Telleldín se había ido a Misiones. En la causa por el atentado, ya habían aparecido los primeros indicios que lo señalaban como el último tenedor de la Trafic.
Según declaró Bareiro, tanto él como Diego Barreda –el otro policía que lo acompañaba–, se pusieron a disposición para colaborar con la investigación. “Les dimos explicaciones respecto a por qué estábamos ahí y nos hicieron saber del hallazgo de una pieza de un vehículo que, supuestamente, había comercializado el señor Telleldín. Nos pusimos a disposición e hicimos lo posible para que Telleldín volviera a Buenos Aires” a entregarse. Además, agregó que fue él mismo quien convenció a Telleldín para que volviera a la ciudad y se entregara.
Telleldín y Boragni forman parte de los que hoy están siendo acusados e imputados por el cobro de 400.000 dólares que pagó la SIDE para involucrar en la causa del atentado a los Bonaerenses.
El trabajo para la SIDE
Unos 40 días después del atentado, Bareiro y Barreda fueron citados a una reunión en la sede de contrainteligencia de la SIDE, en la calle Estados Unidos. Estaban presentes el comisario Mario Naldi; el jefe de Investigaciones de la Policía Bonaerense, comisario Orestes Verón; Antonio “Jaime” Stiuso y Reinaldo Coronel, de la Policía Bonaerense. Allí les propusieron colaborar de forma “orgánica” con la SIDE, en la investigación del atentado.
Durante cinco meses, aproximadamente, ambos policías se dedicaron a investigar el círculo íntimo de Telleldín. “Nos pedían que les diéramos información sobre Telleldín y, en especial, que buscáramos la agenda marrón que nunca encontramos”, dijo el testigo.
Según explicó, toda la información que conseguían se la transmitían verbalmente a Stiuso y a Verón. “Stiuso nos pidió que estuviéramos permanentemente en contacto con la familia de Telleldín, tratando de averiguar quiénes le habían comprado la camioneta o quién le pudo haber enviado al comprador y toda otra cosa que consideráramos de valor”.
En diciembre de 1994, Stiuso les informó a Bareiro y Barreda que su trabajo para Inteligencia había concluido. Les indicó que volvieran a sus actividades en las Brigadas de la Bonaerense. Sin embargo, según declaró, ambos mantuvieron contacto con Stiuso en caso de obtener información relevante para la causa.
La real imputación
Según Bareiro, “la real imputación” en su contra y respecto al resto de los policías comenzó en julio de 1995, en un programa televisivo conducido por Mauro Viale. Allí habían sido invitados la esposa de Telleldín, Ana Boragni; el presidente de la DAIA, Rubén Beraja; y el jefe de la Policía Bonaerense, Pedro Klodczyk.
El ex policía apuntó que fue Beraja quien sugirió la vinculación de los policías con el atentado y Klodcyk contestó con la negativa. Por su parte, Boragni los desvinculó de la explosión en la mutual pero afirmó que tanto Barreda como Bareiro tenían una relación con su esposo. “De ese programa, surgió la investigación” por la que estuvo 8 años detenido, afirmó.
En este juicio, el presidente de la DAIA deberá responder por su participación en el encubrimiento.
Su detención
Las querellas le preguntaron por el momento de su detención, en julio de 1996. Bareiro se tomó su tiempo para responder y dijo: “El recuerdo no me hace nada bien. Es una porquería lo que pasé”.
Contó que se encontraba en su casa, con su familia, cuando los policías ingresaron y, delante de su hijo, lo tiraron al piso y lo esposaron.
“No era necesario esposarme frente a mi hijo y revolver todo. Se excedieron hasta en el trato”, aseguró. Además, explicó que recién se enteró de los motivos de su detención –su vínculo con la causa AMIA– cuando declaró por primera vez en indagatoria. Dijo que, en ese momento, recibió “presiones” de todo tipo por parte del juez, los fiscales y los secretarios: “Intentaban vincularme con Ribelli, a quien yo no conocía”, explicó.
Preguntas de la defensa
Cuando tuvieron oportunidad de preguntar, los defensores apuntaron a su relación con Telleldín y con Stiuso. También le consultaron respecto de las presiones que dijo haber recibido por parte del juez, los fiscales y los secretarios para que sumara datos falsos al expediente a cambio de beneficios.
Por su relato, el abogado defensor de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia pidió al Tribunal la detención de Bareiro por falso testimonio. Explicó que en las actas de las declaraciones a las que el testigo hizo referencia, no aparecen presentes sus defendidos, razón por la cual el ex policía Bonaerense estaría mintiendo.
El abogado de Bariero, Juan Manuel Ubeira, se opuso a ese planteo y argumentó que esas actas forman parte de la causa que el Tribunal Oral Federal N° 3 anuló por ser irregulares; justamente, por lo que se juzga en este juicio. La querella del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos planteó, también, que la finalidad del abogado defensor no era más que amedrentar a este testigo y a otros que declararán en el futuro. La fiscalía adhirió.
El Tribunal Oral Federal N° 2, donde se lleva adelante este juicio, rechazó momentáneamente el pedido del defensor por tratarse de un planteo prematuro pero señaló que lo tendrá presente más adelante.
Para la próxima audiencia, programada para el jueves 19 de noviembre, se espera la declaración testimonial de Sergio Burstein, quien integra la querella de familiares y amigos de las víctimas de la AMIA 18J.
Milva Benitez/Débora Malamud/LL