(13 de agosto de 2015).- En los tribunales de Comodoro PY comenzó esta mañana la segunda audiencia del juicio por el desvío de la investigación del atentado a la AMIA. Hoy continuaron las lecturas de las acusaciones de las querellas. En esta jornada, otra vez el ex presidente y senador Carlos Menem estuvo ausente en el debate, imputado como “instigador” del encubrimiento y por el delito de abuso de autoridad.
La audiencia de hoy comprendió las acusaciones de los familiares de las víctimas reunidos en Apemia, en la asociación 18J y la de los ex policías de la Bonaerense detenidos por el atentado con prueba falsas. También las de la querella unificada de AMIA y DAIA. A diferencia de las restantes, en la elevación a juicio consideraron “absurda” la imputación a su máximo representante político al momento del atentado, Rubén Ezra Beraja.
La semana pasada, en la primera audiencia del juicio, se leyeron las acusaciones presentadas por la Unidad Fiscal AMIA, las querellas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y la de los familiares nucleados en Memoria Activa. Concluidas las lecturas de las acusaciones, comenzó la lectura de la elevación a juicio del juez Ariel Lijo que tuvo a cargo la investigación de estos hechos. Por la tarde, está previsto que las defensas planteen “las cuestiones preliminares”.
A las 9.30, los jueces Jorge Gorini, Néstor Costabel y Karina Perilli, y Domingo Altieri (que actúa como cuarto magistrado) entraron a la sala AMIA, en el subsuelo de tribunales. El ex juez Juan José Galeano y los ex fiscales Mullen y Barbaccia estaban sentados en primera fila. El caso que los tuvo en un juicio anterior como los acusadores, los encuentra en la causa por encubrimiento del otro lado: entre los acusados.
En cambio, los ex policías que habían sido acusados en el debate anterior y terminaron absueltos, hoy ocupan los roles de querellantes. Estuvieron más de siete años detenidos por los dichos de Carlos Telleldín, pero a diferencia de las demás querellas, en la acusación decidieron dejarlo afuera. A él y a su entonces pareja Ana Boragni, por considerar que “sus voluntades fueron viciadas”. En una entrevista, así se lo había adelantado Ribelli a Infojus Noticias.
El último tenedor de la camioneta usada -según el expediente judicial- para volar la sede de la mutual, escuchó a Ribelli desde la última fila de la sala. Boragni también llegó a escuchar a esta querella que la cuenta entre las víctimas, pero no la de los familiares de 18J. Por segunda vez, llegó más de una hora tarde a la audiencia.
La acusación de Ribelli, así como la de la fiscalía y las querellas de Memoria Activa y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, sí señalan las responsabilidades de Beraja, presidente de la DAIA al momento del atentado y quien fuera querellante por la entidad. “Tuvo la oportunidad, como presidente de la DAIA, de limitar y denunciar este embuste que directamente afectaba a las víctimas del atentado e indirectamente nos dañó a nosotros”, señalaron en el requerimiento de elevación a juicio. Y lo identifican como conocedor del pago con el que se compró la versión a Telleldín y de los fines que tenía.
En cambio, en el requerimiento de los representantes de las entidades, más de 40 páginas se dedican a deslindar de responsabilidades a su ex presidente. “La obligación de esclarecer el hecho y enjuiciar a sus culpables resulta un deber intransferible del Estado”, expresaron y recordaron que el juicio que tuvo en el banquillo a los ex policías, contó con el aval “no solo por el entonces juez de instrucción, los entonces fiscales de instrucción [Mullen, Nisman y Barbaccia], sino por las restantes instancias superiores del sistema judicial, e incluso, como se dijo, al menos hasta el dictado dela sentencia, por el fiscal de juicio oral ante el TOF3”.
“Las víctima, víctimas son”, concluyeron, y aseguran que no está probado “–ni siquiera en esta etapa del proceso- que Beraja haya sabido que el pago a Telleldín se iba a realizar, ni que se haya realizado” o con qué fin.
Menem está acusado de indicar a Galeano desviar la pista que conducía a Alberto Kanoore Edul, un comerciante sirio libanés íntimo de su familia y que llegó a colaborar en sus campañas. En este juicio, el TOF2 busca determinar cómo y a través de qué medios Galeano siguió la instrucción presidencial, y con qué colaboradores contó para eso: según la acusación, con el ex secretario de Inteligencia, Hugo Anzorreguy; su segundo, Juan Carlos Anchezar; los ex policías Carlos Castañeda y Jorge “el Fino” Palacios, el ex agente de inteligencia Patricio Finnen, el reducidor de autor Carlos Telleldín y su ex pareja Ana Borani, el abogado que lo asistió, Víctor Stinfale, y los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. Las seis querellas consideran que sin su cooperación Galeano “no podría haber consumado” el encubrimiento.
Después de haber presentado un certificado médico ilegible, el ex presidente seguirá la audiencia desde su casa, acompañado de una secretaria del Tribunal Oral Federal 2. A 21 años del atentado, los familiares de la víctimas solo pudieron ver -a través de una pantalla- su silueta oscura y recortada, junto a la de la secretaría. Menem tiene 85 años y no es el único juicio que lo tiene como acusado. En el juicio por cobro de sobresueldos durante su gobierno, que está en la etapa final, tampoco estuvo presente.
Los médicos oficiales deben determinar si el ex presidente se encuentra en condiciones de estar en las audiencias. El Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos informaron al tribunal que presentarán peritos de parte para acompañar a los designados por el tribunal.
El jueves pasado los abogados de Memoria Activa expresaron que, en caso de reiterarse esta situación y si afecta el desarrollo del juicio, presentarán un pedido de desafuero para el ex mandatario. Hoy, Sergio Burstein (18J) le confirmó a Infojus Noticias que evalúan hacer una presentación en similares términos. “Queremos que se le terminen los privilegios”, aseguró.
Cuando terminó la lectura de las querellas, después de un cuarto intermedio de una hora que los jueces y los partes usaron para almorzar, todos volvieron a ocupar sus lugares en la sala. Y otra vez, la indignación entre los familiares llegó vía teleconferencia. A través de su abogado Omar Daer, Menem le pidió al tribunal permiso para ir a descansar; los jueces rechazaron esta posibilidad.
El intento de siesta del ex mandatario no dejó indiferentes. “Vivo en Vicente López, y salí a las siete porque no quería llegar tarde por la lluvia”, dijo a Infojus Noticias Olga Degtiar. Su hijo Cristian estudiaba Abogacía y trabajaba para la DAIA, cuando el edificio de la AMIA –donde había ido a llevar unos papeles- se derrumbó. “Lo tuve 21 años -recordó Olga y- hace 21 años los que están en esa sala me niegan saber quiénes son los responsables de que me falte”, agregó.
A las cuatro de la tarde, sin siesta y después de un breve almuerzo, Olga volvió a entrar en la sala AMIA. Los secretarios del tribunal continuaban la lectura de la acusación.
El ex titular de la SIDE y amigo de Menem, el abogado Anzorreguy tampoco estuvo en la sala. Pero siguió la lectura desde un salón contiguo, junto a su ex segundo en Inteligencia, el marino retirado Anchezar.
Las observaciones sobre las acusaciones de las querellas y la elevación a juicio, corrieron por cuenta de las defensas de Ana Boragni, el ex policía Federal Castañeda y el segundo de Inteligencia, Anchezar. En todos los casos, pidieron la lectura completa de las acusaciones de 18J y Apemia, consideraron que las síntesis que leyeron ante el tribunal no cumplen con las pautas procesales. La defensa del Fino Palacios hizo referencia a la incorporación de nuevos testimonios en relación a la acusación que pesa sobre él: el ex jefe policial está acusado de alertar de allanamientos y de desaparecer pruebas.
La audiencia se retoma el próximo jueves 20 a las 9.30.
Milva Benitez/Débora Malamud/RA/MEL